Una experiencia hermosa y transformadora. Después de años de trabajar la marroquinería de forma autodidacta, decidí anotarme al curso de Ari para perfeccionar mi trabajo de mesa y afinar detalles técnicos que antes resolvía por intuición. La formación fue muchísimo más que técnica: clara, completa, cálida y profundamente generosa. Ari enseña con paciencia, alegría y compromiso. Transmite todo lo que sabe sin guardarse nada, y lo hace con una cercanía que te hace sentir acompañada en cada paso. Destaco especialmente su manera de enseñar moldería: no se trata solo de copiar, sino de entender y crear desde cero, sin límites. Recomiendo esta formación a quienes quieran iniciarse o profesionalizarse en un oficio artesanal con amor, criterio y libertad creativa.